Los tratamientos térmicos comprenden una combinación de operaciones de calentamiento y enfriamiento, de tiempos determinados y aplicados a un metal o aleación en el estado sólido en una forma tal que producirá propiedades deseadas. Cabe destacar que todos los procesos básicos de tratamientos térmicos para aceros incluyen la transformación o descomposición de la austenita, además la naturaleza y la apariencia de estos productos de transformación determinan las propiedades físicas y mecánicas de cualquier acero. Es importante destacar que la utilización de tratamientos térmicos permite lograr las más diversas características del acero y sus aleaciones, así como de otros muchos metales. En consecuencia dichos tratamientos tienen una importancia primordial en las distintas fases de fabricación de la industria moderna.
Los procedimientos en los tratamientos térmicos son muy numerosos y variados según el fin que se pretende conseguir, además la gran cantidad de tratamientos térmicos, las distintas aleaciones y sus reacciones y las diferentes exigencias técnicas requieren soluciones y conocimientos profundos de la materia. El tratamiento térmico pretende endurecer o ablandar, eliminar las consecuencias de un mecanizado, modificar la estructura cristalina o modificar total o parcialmente las características mecánicas del material. Cabe resaltar que podemos distinguir dos razones principales para efectuar tratamientos térmicos en los cuales se pretende conseguir un endurecimiento (temple) o un ablandamiento (recocido).
Desde que en 1903 los hermanos Wright efectuaron el primer vuelo propulsado de la historia, la industria aeronáutica se ha convertido en un comercio titánico que genera millones y millones de dólares y euros anuales, la competencia de las principales compañías aéreas Boeing y Airbus, representan el motor fundamental de innumerables investigaciones, que tienen como uno de sus objetos prioritarios la elaboración de nuevos materiales y tratamientos térmicos que hagan cada vez más ligeras y seguras las aeronaves, sin que ello revierta negativamente los costos. Sin duda alguna este principio se ha convertido en uno de los pilares para ganar la batalla del cielo, aeronaves más ligeras significan menos consumo de combustible y una mayor carga útil, que puede ser destinada a otras áreas como pasajeros o mercancía, ya que ellos son quienes generan los verdaderos ingresos.
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