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viernes, 5 de junio de 2020

RECOCIDO ISOTÉRMICO O DE PERLITIZACIÓN

Existe una gran variedad de tratamientos térmicos, sin embargo nos vamos a enfocar en los tratamientos de enfriamiento lento, los cuales consisten en la austenización seguida de un enfriamiento controlado, generalmente en horno o al aire, de modo de producir microestructuras próximas a las de equilibrio. Dentro de esta clasificación se incluyen los procesos denominados normalizados y recocidos. Los productos forjados, las piezas coladas y el acero laminado en caliente se normalizan para producir una estructura más uniforme que, en general, mejora las propiedades y conduce a un resultado óptimo en cualquier tratamiento térmico posterior.

 

        Continuando con lo anterior nos enfocaremos específicamente en el recocido isotérmico o de perlitización, también se suele denominar recocido de maquinabilidad. Este tratamiento Consiste en un calentamiento hasta la temperatura de austenización, entre 740º y 820º, después se baja a una temperatura entre 600º y 700º que se mantiene constante durante varias horas para conseguir la completa transformación isotermica la cual está a una temperatura comprendida dentro del intervalo de formación de la perlita, mantenimiento a esa temperatura el tiempo necesario para completar la transformación y enfriamiento a cualquier velocidad. Se aplica para obtener una estructura homogénea de perlita, con muy buena respuesta al temple y sin la descarburación que se produciría en un enfriamiento en horno.

 Curso de la temperatura en la perlitización


Perlitización observada sobre un diagrama TTT de un acero DIN LW 1414.


       El recocido isotérmico es mayormente utilizado en las fundiciones grises como recocido de ablandamiento estas se dan a unos 740 °C, y sirven para mejorar la maquinabilidad y ablandar el material. Fundiciones grises en las que, por causa de los elementos de aleación o por la presencia de zonas pequeñas con enfriamiento rápido, no se consigue la matriz ferrita, se recuecen a 850 °C.

 

Tipo de recocidos isotérmicos empleados en las fundiciones grises

 

Recocido a 700 – 760 °C: Para disminuir la dureza de las fundiciones grises se les somete a recocidos a 740 °C aproximadamente con enfriamiento en horno a puertas cerradas. Este recocido es interesante porque en ocasiones las fundiciones grises en bruto de colada quedan relativamente duras y su mecanización es difícil. En muchos casos las microestructuras de estas fundiciones en bruto están constituidas por grafito y ferrita y cantidades variables de perlita y sorbita. Estos constituyentes son los que dan alta dureza y cuando interesa mucho facilitar la mecanización conviene transformarlos por recocido, en ferrita y grafito. Para conseguir después del recocido una estructura de ferrita y grafito, que es la mejor para el mecanizado, debe alcanzarse en el recocido una temperatura de unos 740 °C aproximadamente. De manera que si después de sobrepasar la temperatura crítica y llegar a los 740 °C, se mantiene esta temperatura durante un cierto tiempo, se consigue que la perlita y la sorbita se transformen en austenita. En esas condiciones, temperatura ligeramente superior a la eutectoide y mantenimiento prolongado, la austenita va cediendo carbono que se deposita en forma de grafito, obteniéndose al final ferrita y grafito. Si se emplean temperaturas más altas del orden de 800 – 900 °C, y el enfriamiento se hace al aire, se deposita muy poco grafito y es muy difícil obtener baja dureza. Con este recocido a 740 °C se baja la dureza de las fundiciones hasta 120 - 130 Brinell.  

 

Recocido a 800 – 900 °C: Es usado en situaciones donde, por causa de los elementos de aleación o por la presencia de zonas pequeñas con enfriamiento rápido, obtenidas en el recocido subcrítico, no se consigue la matriz ferrita. En este proceso la fundición es calentada a temperatura de 800 – 900 °C, llegándose de esta manera por encima de la temperatura de transformación eutectoide. Después de mantenerla por 1 h por cada 25 mm de espesor, la fundición es enfriada lentamente por la región de transformación eutectoide, promoviendo la formación de ferrita. Al calentar de 800 – 900 °C, no hay formación de grafito o esta formación tiene poca importancia, ya que la temperatura de mantenimiento no es apropiada para el depósito de gran cantidad de grafito; calentando a 850 °C por ejemplo, se formará austenita. Durante la permanencia a esta temperatura habrá formación de una pequeña cantidad de grafito y luego, en un enfriamiento sin precauciones muy especiales, al pasar la zona eutectoide, se formará perlita. Si se calienta a 850 °C se puede obtener la microestructura de grafito y ferrita, con enfriamiento muy lento. Este tratamiento de 800 – 900 °C también es recomendable para fundiciones grises de gran dureza y para fundiciones atruchadas que contienen cementita hipereutectoide. En esos casos la dureza inicial que será francamente alta, 250 a 300 Brinell, se podrá disminuir con este recocido. En este tratamiento se calentará a unos 850 °C aproximadamente y luego se cuidará que la velocidad de enfriamiento sea muy lenta, sobre todo en la zona crítica de 700 – 720 °C, para facilitar el depósito del grafito eutectoide y luego se puede enfriar al aire.





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